En Colina tenemos nuestro propio Mieussy, y se se llama Cerro la Reina o Cerro de los Parapentes, allí nos encontramos con muchos cultores de éste bizarro deporte, no exento de peligros pero que sorprende cuando vemos a los parapentistas aterrizar, porque sus caras sólo reflejan genuina satisfacción, los alumnos un poco asustados con la experiencia, pero felices.
Nos llamó la atención el trabajo de Nitroparapente, él agenda vuelo para alumnos que llegan al cerro a buscar adrenalina y libertad, esa que el volar otorga, los instruye acerca de las medidas de seguridad y literalmente los apaña y les infunde valor y nos da la impresión que debido a éste deporte ha hecho muchos amigos tales como Daniel, un joven venezolano que llegó a éste cerro a volar, a ser libre.